Esta mañana venía yo tan tranquilo en mi metro, intentando no caerme de sueño (ya contaré esa experiencia en algún momento) cuando he visto algo tres puntos por encima de horroroso y dos puntos por debajo de espeluznante.
Pues eso, el vagón iba más o menos lleno de personal y dentro de él un señor trajeado con evidentes signos de congestión nasal manipulando su apéndice con inusitada insistencia.
Estas pensando "¿Que porras haces mirando semejante escena?". Para ti es fácil que no estabas ahí, pero es que no puedes evitar mirar, es superior a tus fuerzas.
Venga vale, haces un esfuerzo por no mirar, pero en un determinado instante detiene su frenética actividad (lo cual te vuelve a llamar la atención) y ves que se le ilumina la cara -ha tenido una idea estupenda-, bueno, saca un pañuelo de tela del bolsillo derecho del pantalón, lo despliega, pone una mano por debajo del lienzo, le da forma con la otra mano y lo acerca a su ya colorada nariz.
Y Piensas, -"se sonará discretamente la nariz y ya-". Pero noooo, el tio guarro lo que hace es una exibición trompetera (¡ ahora sí que sí, es imposible no mirar!) , una descarga de aire a alta presión que empuja una masa gelatinosa de color verde que de desliza desde la nariz a la mano, algo que se mueve con vida propia, algo que te mira desde el pañuelo... aaahh... dioooos... esa cosa lateee... (ahí es cuando me he mareado y menos mal que no desayuné en casa). Y claro, no se limita a expulsar eso y deshacerse de ello, ¡¡LO MIRA!! y además lo envuelve en el pañuelo como si fuera un tesoro, y ¡¡SE LO GUARDA EN EL BOLSILLO!!... (ahí es cuando he intentado bajarme del vagón en marcha en medio del tunel). No se mi cara, pero la del resto de la gente que había por allí ha adquirido un tonillo entre verde y violeta.
El caso es que te da por pensar: si esa cosa verde ahora vive en el pañuelo y éste va en el bolsillo del pantalón ...y el bolsillo no es una compresa...¡¡TRASPASA!!...
Ahora creo en la transferencia colectiva del pensamiento porque nunca antes se ha bajado tanta gente y tan deprisa por la puerta del fondo de un vagón de metro...
Pues eso, el vagón iba más o menos lleno de personal y dentro de él un señor trajeado con evidentes signos de congestión nasal manipulando su apéndice con inusitada insistencia.
Estas pensando "¿Que porras haces mirando semejante escena?". Para ti es fácil que no estabas ahí, pero es que no puedes evitar mirar, es superior a tus fuerzas.
Venga vale, haces un esfuerzo por no mirar, pero en un determinado instante detiene su frenética actividad (lo cual te vuelve a llamar la atención) y ves que se le ilumina la cara -ha tenido una idea estupenda-, bueno, saca un pañuelo de tela del bolsillo derecho del pantalón, lo despliega, pone una mano por debajo del lienzo, le da forma con la otra mano y lo acerca a su ya colorada nariz.
Y Piensas, -"se sonará discretamente la nariz y ya-". Pero noooo, el tio guarro lo que hace es una exibición trompetera (¡ ahora sí que sí, es imposible no mirar!) , una descarga de aire a alta presión que empuja una masa gelatinosa de color verde que de desliza desde la nariz a la mano, algo que se mueve con vida propia, algo que te mira desde el pañuelo... aaahh... dioooos... esa cosa lateee... (ahí es cuando me he mareado y menos mal que no desayuné en casa). Y claro, no se limita a expulsar eso y deshacerse de ello, ¡¡LO MIRA!! y además lo envuelve en el pañuelo como si fuera un tesoro, y ¡¡SE LO GUARDA EN EL BOLSILLO!!... (ahí es cuando he intentado bajarme del vagón en marcha en medio del tunel). No se mi cara, pero la del resto de la gente que había por allí ha adquirido un tonillo entre verde y violeta.
El caso es que te da por pensar: si esa cosa verde ahora vive en el pañuelo y éste va en el bolsillo del pantalón ...y el bolsillo no es una compresa...¡¡TRASPASA!!...
Ahora creo en la transferencia colectiva del pensamiento porque nunca antes se ha bajado tanta gente y tan deprisa por la puerta del fondo de un vagón de metro...
Gracias por tus palabras. Ahora el arroz con leche que me acabo de tomar quiere ver mundo.