Y a mi se me ocurre esta reflexión:
los animales viven en una pirámide de subsistencia, casi todos ellos tienen por encima un depredador que se los come y por debajo algún bicho al que se comen.
Ahora viene la pregunta: ¿y el hombre?.
Y la respuesta: el hombre está en la cumbre de la pirámide y en general y salvo excepciones imprudentes, son los depredadores por excelencia de todas o casi todas las especies animales que habitan la tierra.
¿Quién nos devora hoy?. La respuesta es casi obvia: si no tenemos depredadores y por naturaleza los depredadores somos nosotros mismos... solo queda comernos a los de nuestra propia especie...
Me dirás que hay animales que también se devoran entre ellos o a sus crias. Sí, pero todo tiene un sentido de supervivencia (unas crías sirven de comida a las otras y cosas por el estilo). La diferencia con el hombre, es que nosotros hemos evolucionado y ya no nos conformamos con la supervivencia, nos educan, nos forman, nos dan herramientas y nos dan el poder de elección y aún así, matamos y lo peor, cuando no se mata se putea y nos aprovechamos de ello... y eso no lo hacen los animales.
Como no tenemos quien nos caze, nos tenemos que buscar la vida para cazar y ser cazados.
Es la ley de la selva que aún queda escondida en un remoto rinconcito del genoma humano.
Es más, yo creo que este comportamiento no acabará nunca, ni siquiera el día en que bajen los marcianos y les de por cazarnos y comernos con la excusa de que tenemos una carne blandita y muy rica...