Cosas veredes, querido Sancho

Hace unos dias tuve que utilizar un servicio público. Bueno, lo normal ¿no?.

El caso es que estaba lavándome las manitas después de hacer mis cosas cuando veo que un tipo termina su propia operación y sale directamente sin pasar por un higiénico y recomendable lavado de manos.

Entonces va y se dispara mi sistema reflexiológico:

vamos a ver, me dije a mismo, si este señor se ha lavado las manos "antes" y "después" de operar, bien. Pero por otro lado, el no lavarse al terminar implica que probablemente lleve restos orgánicos impregnados en sus manos y por lo tanto los irá dejando esparcidos por todas aquellas cosas que vaya tocando al pasar. En primer lugar, el picaporte de la puerta por la que todos tenermos que salir y después todas las manos, sillas, hojas... que vaya toncando, las palomitas del fondo común, la cara de su chica, la cara del nene de la vecina, las monedas del cambio....

luego traslado la reflexión al servicio de señoras y hago el mismo cálculo mental. Una mujer que se lava las manos "antes" y "después" de operar, bien, Pero ¿la que no lo hace ni antes ni después?, pues lo mismo, llevará restos orgánicos y los impreganará en el picaporte de la puerta, las palomitas, la cara de su chico, la mano de su jefa...

en fin, que en lugar de llamarla la gripe del Pollo... se podría llamarlo la gripe de la polla o de la coña o del culo o de... no se, de eso...